El inicio de un nuevo año es una oportunidad para reflexionar sobre nuestras raíces y tradiciones. En El Real de San Vicente, las mascaradas de invierno, en particular «Los Cirigüelos», son una tradición que nos conecta con un pasado ancestral, lleno de simbolismo y significado.
Las Mascaradas: Un Legado de Sincretismo Religioso
Las mascaradas, que se celebran en diferentes puntos de la geografía española, tienen sus raíces en tiempos prerromanos. Estas festividades, que marcan el paso del invierno y el inicio de un nuevo año, se cristianizaron y pasaron a celebrarse en el día de San Sebastián, en un claro ejemplo de sincretismo religioso.
Durante las «calendas de enero» romanas, dedicadas al dios Jano, se realizaban comparsas de hombres disfrazados, muchos de forma grotesca, donde destacaban las Hilanderas, en representación del mito de Ariadna. Jano, el dios de las dos caras, simbolizaba los comienzos y finales, mientras que las Hilanderas representaban el hilo de la existencia humana.
«Los Cirigüelos»: Una Tradición Revivida
«Los Cirigüelos», celebrados en El Real de San Vicente el 20 de enero, día de San Sebastián, son una representación de esta tradición ancestral. Aunque estuvo perdida durante algún tiempo, ha sido recuperada gracias a la labor de la Asociación de Jubilados “Santos Mártires”. Los protagonistas son los Cirigüelos, que tradicionalmente eran representados por los quintos del año. Estos personajes llevan un atuendo particular, compuesto por pantalón negro, blusón blanco con encajes, bandoleras de esquilas y pañuelos de colores en la cabeza. Acompañando a los Cirigüelos, encontramos a la «Hilandera», que representa el oficio del hilado, y a «La Maravaca», un personaje vestido de pastor.
La celebración consiste en un enfrentamiento entre los Cirigüelos y la Maravaca y la Hilandera. Los Cirigüelos intentan levantar la falda a la Hilandera y conseguir un beso, mientras que la Maravaca defiende a la Hilandera intentando quitar los pañuelos de la cabeza a los Cirigüelos. La festividad culmina con la «derrota» de la Maravaca y la recitación de versos o «dichos» de San Sebastián.
Orígenes y Significado de «Los Cirigüelos»
El culto a San Sebastián llegó a la península ibérica en época visigoda. Durante esta época, muchas de las celebraciones que se realizaban en las «calendas de enero» romanas se cristianizaron. Estas representaciones cristianizadas, debido al jolgorio que causaban, fueron denunciadas por la iglesia católica. San Isidoro de Sevilla y otros padres de la Iglesia denunciaron estas festividades por considerarlas profanas y contrarias a los principios cristianos.
A pesar de las prohibiciones, estas tradiciones persistieron y se adaptaron a lo largo del tiempo. Los «Cirigüelos» pueden ser considerados como una botarga, ya que han perdido sus máscaras y cuernos, pero mantienen la cencerrada y la mojiganga. Estos personajes, con sus cencerros y su sonido, simbolizan un rito de purificación, destinado a ahuyentar a los malos espíritus.
Las mascaradas de invierno, y en particular «Los Cirigüelos», son una muestra del rico patrimonio cultural de El Real de San Vicente. Estas tradiciones, que combinan elementos paganos y cristianos, nos conectan con nuestro pasado y nos recuerdan la importancia de preservar nuestro patrimonio cultural. En ComplejoRuralElMesón, situado en El Real de San Vicente, invitamos a todos a descubrir y celebrar estas tradiciones que nos conectan con nuestra historia y nos recuerdan la importancia de mantener vivas nuestras raíces.